Señor, sé que siempre me escuchas, estás de mi lado aunque muchas veces quiero callarte con mi sordera y con mi ceguera, ahora busco tu compañía, ya es tiempo que regreses, para que pueda ver lo que tengo que ver y escuchar lo que tengo que oír, ven Jesús, vuelve, te necesito, mi alma está sedienta de ti como tierra reseca sin agua. Amén.